Brevet 400 de Benacazon, nuestra aventura.

Cuatro años desde que no hacía un Brevet 400. Son muchos años ya …Tenía ciertas dudas de cómo respondería el cuerpo y mi cabeza, aunque sabía que por encima de todo iba con la tranquilidad y la experiencia que te da el saberte bien acompañado. 

El volver a la larga distancia no ha sido algo premeditado, sino más bien una consecuencia de ser fieles a nuestro estilo, al estilo del grupo Los Machacas. Hacemos lo que hacemos porque lo disfrutamos como grupo y como grupo actuamos en consecuencia. Por fechas nos cuadraba a todos hacer este 400 aún sabiendo que tal vez podía ser algo pronto en la temporada, pero aún así nos animamos a ir. 

La previsión meteorológica era buena aunque algo ventosa. Traslado a Benacazón para llegar temprano. El Brevet comenzaba a las 6:00 am por lo que había que acostarse y cenar pronto. Antonio del Pino, Rubén y yo nos adelantamos, Pedro llegó después. A las 4:00 am suena el despertador y todo el mundo en pie. Ya se nos había olvidado lo que era esto de levantarse tan pronto para montar en bici. A las 5:30 llegamos al punto de salida y al poco llega Diego Ruiz, organizador de la prueba y persona al frente de Randonneurs Andalucia. Nos abre la puerta de una nave y allí en una larga mesa estaban los papeleos individualizados por persona y un buen piscolabis para desayunar. Algo que no está incluido en la inscripción. Se agradecen enormemente este tipo de detalles ya no solo por el detalle en si, sino porque dice mucho de un organizador. 

Allí en la nave coincidimos varios corredores conocidos, intercambiamos opiniones, planes …. A las 6:00 iniciamos el recorrido, temperatura agradable por carreteras tranquilas a esas horas. En el km 36 primer control en las Pajanosas, sellamos y continuamos marcha. Desde allí comienzan los continuos sube y bajas para cruzar Sierra Morena e ir buscando Real de la Jara, segundo punto de control. Por el camino íbamos de charleta con unos y con otros intercambiando ideas, hablando de bicis, pruebas, de lo nuestro vamos…. Nos alegró mucho saber ver qué varios participantes se interesaban por la Sr Los Machacas conociendo muchos detalles de ella. 

Una vez llegamos a Real de la Jara (km 89) buscamos un bar para sellar. Entramos en el bar del ayuntamiento todo el grupo que íbamos y la verdad es que había poco interés por parte de los camareros y estábamos perdiendo el tiempo allí, por lo que sellamos y decidimos buscar otro sitio. Continuamos calle para arriba y damos con el bar “El Chati”. Pedimos unas tostadas y comenzó la degustación gastronómica del brevet, sacándonos todo tipo de mantecas para las tostadas. Un manjar para nuestro paladar poco refinado en este tipo de eventos. Nos atendieron de 10. En el momento que nos íbamos a disponer a empezar a desayunar aparece otro compañero, Antonio Romero. Cordobés, nobel en esta distancia y con ganas de aventura. Se sentó con nosotros a desayunar y desde ese momento no se separó de nosotros hasta que llegamos de nuevo a Benacazón. 

La salida de Real de la Jara picaba para arriba y empezamos a adentrarnos aún más todavía en la sierra extremeña, un continuo sube y baja. A falta de unos kilómetros para llegar a Trasierra, Antonio del Pino nota que la biela de la bici se le está aflojando. Paramos a arreglar y el resto del grupo continúa. Necesitamos parar una vez más antes de pedir auxilio a la primera casa que vimos abierta a ver si tenía una llave allen del 10 para apretar la biela. Dimos en el clavo, Jose Antonio que se iba con su todo terreno al campo. Metió de nuevo el coche en el garage y sacó las herramientas que necesitábamos. Apretamos en condiciones la biela y nos avitualló de agua también. Un crack !!

Tras este improvisto, continuamos hacia LLerena ( km 137). Según entramos al pueblo paramos en el Café Bar San Antón y tal cual entramos nos fuimos dejándoles las bebidas en la barra. Hay gente que todavía se cree que por ir vestidos de ciclistas somos imbeciles. Enfrente, había  un supermercado Spar y pudimos comer, beber y sellar sin aguantar tonterías de nadie. 

Tras Llerena, llegó el peor momento del brevet, una recta de casi 50 km para llegar a Zafra con un viento muy fuerte. A pesar que llevábamos dos buenos galgos ( Rubén y Antonio ) para lidiar con el viento, valía de poco porque cascaba de tal manera que no valía ponerte a rueda, o te metías en la carretera haciendo un buen abanico o no valía lo de ir a rueda. Llegamos a Zafra (km 180) muy castigados.

Paramos en el primer bar que vimos abierto y comimos bien. Estábamos cerca de la mitad del brevet y la previsión era que el aire entrara un poco más favorable de lo que había sido hasta entonces. Tras comer arrancamos y nos cruzamos con el grupo en el que iba Diego Ruiz acompañando a algunos participantes noveles. Durante unos kilómetros fuimos con ellos pero al final entre paradas al wc de unos y los otros cada uno siguió su ritmo. En la subida a Jerez de los Caballeros enlazamos con otro grupo y paramos a sellar y tomar nuestro Maxibon de rigor ( km 217).

Desde allí el aire y el recorrido nos dieron un respiro. La única parte del más suave fue donde más duro se puso el aire y ahora entrábamos de nuevo en terreno sube y baja. En Segura de Leon (km 250) paramos a prepararnos para la noche, serían sobre las 19 hrs. Montamos luces y chalecos. La temperatura también empezó a bajar un poco, pero tampoco muy fría, de hecho yo no había traído el Gore y con el chaleco fui bien ( no soy buena referencia) el resto si llevaban el Gore o similar. 

Nos metimos en la noche de nuevo. Habíamos visto amanecer, atardecer y ahora llegaba la oscuridad de nuevo. Son momentos muy especiales y en los que hay que tener mucho cuidado. En general era una zona muy tranquila de coches. Las fincas estaban bien valladas, por lo que de alguna manera era algo más seguro.

Sobre las 21 hrs llegamos al penúltimo control en Aracena (km 287). Cenamos como dios manda en la Venta de Aracena. Nos trataron de lujo, con ánimo y con mimo. Nos pusieron una calefacción de gas al lado nuestro, metimos las bicis dentro, nos dieron unas botellas de agua (invitación de la casa ). Agradecidos al trato recibido. Así da gusto ser tratados. 

Un detalle que quería resaltar. Cuando llegamos a la cena, Antonio Romero, el compañero de Cordoba, empezaba a dudar que pudiera terminar con nosotros a nuestro ritmo. Tenía dudas ( las normales de no haber hecho esto antes). Le dijimos que no se preocupara, que cenara tranquilo, se relajara y que después de la cena todo lo vería diferente. Le explicamos la importancia de no quedarse solo. El compañero que está en el grupo permanece en el grupo, eso es lo que nos enseñaron y es nuestro lema. El se había comportado como un compañero y lo había demostrado sobradamente, por lo que no íbamos a permitir dejarle atrás. Al terminar de cenar nos dio la razón en que todo se veía diferente. 

Salimos de la cena como nuevos, últimos 120 kilómetros, poco a poco íbamos acercándonos a la meta. El terreno aunque seguía repecho va repecho viene, cada vez eran más suaves esos repechos y con una tendencia descendente hacia las tierras bajas de Huelva. Los últimos 50 km aunque rodamos rápidos, se hicieron un poco pesados, empezaba a aparecer el sueño y el cansancio. Sobre las 3:30 de la mañana llegamos a Benacazon. Todos habíamos llegado bien y sin incidentes. Satisfechos por el logro, pero más de saber que tres de los cinco que éramos nunca habían hecho esa distancia antes, pero sobre todo de haber disfrutado a mil cada momento !!

Dos brevets más y Los Machacas estarán en PBP 💪💪

Enlace al recorrido en Strava

Reflexion – Aprendizaje personal:

Reencuentro o vuelta a la larga distancia  ?? No se si algún día estuve, me fui o simplemente es mi manera de entender la bici o la vida. Idas y venidas en una vida que te va enseñando a tender puentes más que a destrozar los pilares que unen los dos extremos, a dejar tu mano abierta por si algún día la necesitan agarrar fuerte para continuar. Con el tiempo y la distancia, he aprendido que ninguna diferencia es tan grande e insalvable como para no acercarnos. Yo también tenía la espinita clavada y aunque he necesitado mi tiempo y mi aprendizaje para esa conversación pendiente, ha valida la pena el reencuentro. Agradecidos por todo, amigo.

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