Torino Niza Rally (TNR) es una ruta de 700 km aproximadamente cruzando los Alpes Italianos y franceses. No es una prueba organizada, aunque hay una salida social a primeros de Septiembre.
Con la misma filosofía sinprisera que Montañas Vacías, la puedes hacer a tu aire en los días que quieras. A lo largo del recorrido hay varias alternativas de ruta, lo que hace que sea una ruta dinámica y puedas elegir en base a tus gustos. En resumen, una preciosa aventura.
Se puede realizar a tu aire o bien solicitando al organizador de la ruta realizar la ruta en la salida social de Septiembre. La única condición / petición por parte del organizador es que hagas una pequeña donación a Smart Shelter Fundation, una fundación sin ánimo de lucro destinada a ayudar a construir alojamientos en Nepal después del terremoto de 2015. A cambio, puedes solicitar el carnet de la ruta y un pequeño parche de la TNR como bonito recuerdo.
Os dejo el listado de cosas que llevaré en la mochila, por si os sirve de ayuda en alguna aventurilla:
Ropa de Bici; 2 culotes, 1 camisa de interior, 2 pares de calcetines, manguitos, guantes cortos y largos, braga tipo buff, chaleco, chaqueta, Gore Tex, gorra y gorro de invierno.
Cantabria Infinita la llaman e infinitos son sus paisajes, sus montañas y sus gentes.
Como colofón final a nuestra preparación para el 360 de Alicante, la meteorología nos complicaba mucho hacer algo parecido en casa, por lo que buscando buscando vi que la meteorología nos daba una oportunidad en Cantabria aunque el viento nos lo iba a poner un poco más difícil. Preparamos un viaje relámpago para poder hacer la etapa y se alinearon los astros para que además de Ruben, Antonio y Diego, se sumara Aitor a la aventura.
Alquilamos una casa rural en Las Machorras, todo un acierto !! Desde que llegamos al Bar restaurante Las Machorras, se volcaron con nuestra aventura. Nos dieron todo tipo de facilidades para estar a gusto y sobre todo, trato cercano y amabilidad.
La noche que llegamos a Las Machorras, cenamos todos juntos menos Aitor que vendría directo de su casa para hacer la etapa. Cinco amigos alrededor de una mesa compartiendo una misma pasión, no puede salir mal. Unos buenos chuletones patrocinados por Carnicería Diego – Manu. Vaya festín !!
A la mañana siguiente, a las 5:45 suena el despertador y todo el mundo en pié. Habíamos quedado con Aitor para arrancar a las 7 am. Desayunamos, dejamos todo listo y nos vamos al encuentro de Aitor. El suelo estaba seco, las montañas cubiertas de nubes, la temperatura rondaba los 4 grados y hacia una ligera brisa. El primer puerto del día iba a ser Picón Blanco (8,4 km al 9,16%). Llegamos a Espinosa de los Monteros en ligera bajada y tras callejear un poco por Espinosa comienzan las primeras rampas duras. Vamos subiendo disfrutando de un bonito amanecer, apenas unas nubes en la lejanía. Poco a poco nos vamos haciendo con la subida hasta que a falta de algo más de kilometro y medio para coronar entre la niebla comienza a arreciar el aire lateral muy fuerte y gélido. Toda la cima tenia una buena cencellada e incluso la carretera estaba medio congelada. Al coronar nos metimos en una caseta que había en el desvío hacia el Portillo de la Sia. Allí nos pusimos el chubasquero para bajar. La temperatura en la cima era de un grado bajo cero por lo que sumado al vendaval hacia que la sensación térmica fuera muy fría. La bajada hasta el Portillo de la Sia fue de ir con mucho cuidado pues nos daba un viento lateral muy fuerte que hacia peligrosa la bajada. Llegamos a las Machorras de nuevo para encarar la subida al Portillo de Lunada (8,1 km al 5,69%). Es una subida suave, no especialmente dura. El viento nos ayudaba de culo, por lo que era muy llevadera. A medida que íbamos subiendo, las nubes y la niebla nos iban cubriendo de nuevo. En la cima de Lunada hacia un viento muy fuerte, rápidamente nos pusimos el chubasquero y nos lanzamos a la bajada. Las vistas de este puerto son de las más impresionantes de la zona y me atrevería a decir, de las más impresionantes que se pueden ver en la península ibérica, sobre todo cuando el manto verde cubre sus laderas.
Tras una larga bajada (casi 16 km) justo antes de la localidad de San Roque de Riomiera, nos desviamos a la izquierda para subir el Alto del Caracol (4,7 km al 7%). No es una subida especialmente dura, se hace bastante amena. Buen asfalto y bonitas vistas al valle. El descenso hasta Selaya es muy rápido y sobre todo unas vistas espectaculares de los valles. Al llegar a Selaya hacemos una parada a reponer fuerzas. La idea era llegar a Las Machorras a comer y cerrar el primer bucle, pero antes nos faltaban subir Braguia y Estacas de Trueba. Nada más salir de Selaya comienza La Braguia (8,2 km al 5,72%) un puerto precioso que conecta con la Vega de Pas. Es un puerto de muchas curvas de herradura y unas vistas preciosas al Valle de Carriedo. Hay un par de miradores en su ascensión para poder disfrutar de las vistas.
Tras cruzar Vega de Pas iniciamos una de las subidas espectaculares del día, Estacas de Trueba (14 km al 5,7). Fuimos muy afortunados porque el cielo se abrió para poder disfrutar, más todavía, de los colores y los tonos verdes, aunque el viento nos castigó durante toda la subida. No es un puerto especialmente duro, pero es muy largo y en días en los que el viento te da de cara, se puede hacer muy largo. En la cima del puerto llevábamos 96 km y algo más de 3000 metros de desnivel acumulados.
Desde el alto del puerto hay unos 10 kilometros hasta Las Machorras. Este podría se un buen final como etapa de un día y al día siguiente hacer el segundo bucle (unos 80 km y 2.400 mtr).
Paramos a comer de menú, impresionante lo bien que comimos y aunque había que continuar dando pedales comimos primer plato, segundo, postre y café !! Hay que alimentarse bien es este tipo de etapas jajajaja.
Nada más salir del pueblo iniciamos la subida al Portillo de la Sía (7km al 6%), una subida no muy dura pero que a nosotros nos gustó mucho por el paisaje, las vistas y sobre todo porque una vez coronamos teníamos una bajada de unos 20 km que nos iba a dejar hacer la digestion de la comida jajaja. A media bajada llegamos al mirador de Ason donde además de la cascada del Nacimiento Del Río Ason pòdemos deleitarnos con unas vistas maravillosas de la carretera serpenteando el barranco, de esas carreteras que nos encantan bajar a los ciclistas. Al llegar a Arredondo subió la temperatura, nos sobraban los manguitos, perneras, braga … allí girábamos buscando Bustablado.
Cuando diseñé la etapa, buscaba este momento, momento de vaciar los depósitos subiendo los Machucos (7 km al 9,5%) con algo más de 4000 metros en las piernas y otro puerto largo tras el (Portillo de Lunada 16 km al 6%). La verdad es que no decepcionó. Machucos es brutal, especialmente cuando llevas la tunda que llevábamos. Lo había subido antes ya y creo que ha debido pasar mucho tiempo pues no lo recordaba tan duro. No se la de veces que pulsé los manetas de cambio a ver si quedaba algún piñon más. Que manera de retorcerse sobre la bici. Tras llegar todos arriba, respiramos y nos lanzamos a la bajada hacia San Roque de Riomiera. Bajada que hay que tomarla con calma. De firme muy irregular y en algunos casos muy rota. Hay mucho cambio de tipo de asfalto y algún tramo de hormigón.
Llegamos a San Roque de Riomiera y tomamos un refresco antes de iniciar la subida a Lunada. Por delante una subida muy larga, que aunque no tiene unos grandes porcentajes el viento nos castigó mucho subiendo. Puerto para tomárselo con mucha calma y filosofía. La parte más dura esta al final por lo que hay que guardas fuerzas (si es que queda algo). El viento se intensificó a falta de varios kilómetros para la cima, había que ir con mucha calma y no desesperar. Una vez llegamos a la arriba, nos pusimos toda la ropa que llevábamos pues el viento era muy fuerte y la temperatura muy baja. Arriba cara de satisfacción, aunque con una buena paliza. Bajada muy fría hasta Las Machorras donde finalizaba nuestra aventura.
Como iniciaba esta crónica, tal vez sea una etapa muy extrema haciéndola del tirón, pero haciéndola a un par de días es preciosa. Recorre los valles pasiegos que son una pasada. Paisajes de ensueño, dureza por doquier, tranquilidad por los cuatro costados, apenas tráfico, buena gastronomía y carreteras en perfecto estado. El paraíso ciclista, no puede ser muy diferente a esto.
Santy Mozos 